domingo, 12 de junio de 2011

THE DARK KNIGHT - VICTORIA (OSCURA) Y SOLEDAD


Nota del autor: Esto lo escribí y postee en el 2008. Lo encontre por ahí perdido en la red y me parecio lo suficientemente decente como para colgarlo otra vez....

Hemos entrado a la dimensión desconocida. No entiendo muy bien como han confluido o cuánto es lo que pesa cada arista de este fenómeno en que se esta convirtiendo The Dark Knight. La gente aplaude al terminar la película y salen tristes de las salas, tristes por lo que han visto y por lo que saben lo que no volverán a ver. En todas partes hay gente comentándola y mi madre- de casi 60 años y que no sale mucho de casa - me pide que la lleve a ver esa película de la cual todos hablan y que un señor en la televisión afirma puede convertirse en la mejor película de todos los tiempos. En fin, todo puede suceder si entramos a otra dimensión.



No puedo ocultar que desde el momento en que se anuncio la segunda parte con Christopher Nolan como director y  el Joker como antagonista me sentí emocionado, algo lógico después de ver el trabajo de este director en Batman Begins. Mi entusiasmo se moderó cuando me entere que Heath Ledger había sido elegido para interpretar al Duque Blanco de la Muerte, no tanto por desconfianza en su capacidad como por la terrible sombra que proyectaba Jack Nicholson desde 1989 con su soberbia interpretación del personaje. Su lamentable partida y toda la información que se especuló sobre ella empezaron a dejar serias dudas sobre la calidad de algo que necesitaba ser vendido de esa manera.

Leí en alguna crítica sobre Batman Begins que Nolan había cambiado el misterio que rodeaba el origen de Batman por el misticismo de su misión y de sus actos, pues bien en The Dark Knight el misticismo se transforma para alcanzar lo mítico. Batman y Ciudad Gótica mueren y renacen. Son tentados por el demonio y por ello pagarán las consecuencias. No volverán a ser los mismos pero ahora son más fuertes, porque su ángel guardián ha dejado de ser un héroe para empezar a ser algo más, ese algo más que se anunciaba desde la primera parte: una leyenda.



Provocar un cambio tan grande en un imaginario aún mayor como el que rodea al hombre murciélago no era tarea fácil y por ello era menester recurrir al más grande enemigo del encapotado. Desde ese punto de vista, Nolan hizo lo correcto al dejar al Joker para esta segunda entrega,  ya que todos saben que es el  Némesis de Batman, su enemigo más feroz y despiadado; pero pocos siquiera imaginan que son más parecidos de lo que pudieran imaginar y el nivel de complementación que existe entre estos personajes.

Cara y cruz de una misma moneda, ambos comparte un origen trágico: el Cruzado nace con el asesinato de sus padres siendo niño, el Joker empieza a nacer cuando su esposa embarazada  y apunto de dar a luz muere en un absurdo accidente casero. (La película narra diferentes versiones este hecho, más acordes con el espíritu de la misma) Bruce Wayne es millonario y vive en un mansión, en contraste este hombre es tan pobre que ni siquiera llega a tener un  nombre y vive en una casucha después que dejo su trabajo como ingeniero químico para ser un comediante sin éxito. Mientras Batman abraza su misión para acallar su locura, el Joker abraza la locura para encontrar su misión.



“Los que entren a aquí que pierdan toda esperanza” parece escrito en las puertas de esta Ciudad Gótica. El  Joker de The Dark Knight es un elegido de la destrucción, un Mesías del caos y la muerte. Dicho de otra manera, el mal encarnado. En esta película hay un elemento mítico-religioso que se puede encontrar en la relación Batman-Joker, en la cual reside la fuerza de esta imponente historia.

El Joker se pasa toda la película tentando a los demás personajes, poniendo a prueba su moralidad, decencia y cordura con una lógica impecable y, atacando con toda su locura a la trinidad que pretende salvar a Ciudad Gótica del abismo que él representa en su más elemental expresión, ya que el caos y el mal son las más elementales y brutales fuerzas conocidas. Va por ahí prometiendo falsos milagros, como el que le ofrece a su secuaz  de acallar las voces que lleva dentro y remplazarlas con luz, o el de volver todo al pasado añorado por las grandes familias del crimen. Destroza la fe del Comisionado Gordon en su equipo y tienta al destrozado Harvey Dent en su lecho, hasta hacer salir sus demonios a flote, hasta volverlo como él, o mejor dicho, un sirviente suyo.

En contraposición, Batman/Bruce Wayne representa el orden y la moral, un guerrero noble que ha decidido ofrecer sus fuerzas al servicio de sus semejantes. Resiste los embates del Joker y pierde lo más preciado para él en el proceso, sin embrago no cede a la desesperación. Al perder ese símbolo de esperanza que era Dent, Batman deberá tomar la decisión más difícil de todas, la de inmolarse, la de ser el cordero para el sacrificio necesario a fin de salvar el alma de una ciudad que desde ahora lo cazará sin piedad. Este hecho se ve reforzado en la escena de la conferencia de prensa, en la cual piden la cabeza de Batman para aplacar la ira del Joker. El sacrifico del mejor de todos, del inocente, es un tópico común a todas las mitologías conocidas y que en la película se transforma en la razón de ser del protagonista y de Jim Gordon, que al inmolar a su amigo, también termina siendo parte del precio a pagar por el futuro de Gótica.



Pero no olvidemos que el bien y el mal residen en el mismo lugar, el corazón del hombre: Batman por momentos duda de su misión, esta cansado y herido, añora retirarse y tener una vida normal. El Joker, en las diferentes explicaciones sobre las cicatrices de su rostro y en su anarquismo delirante nos permite vislumbrar su pasado de dolor. Pero es sin lugar a dudas en el personaje de Harvey Dent/Two Faces que el sufrimiento de esta dualidad humana alcanzara su clímax, pasando de estar en el nivel más alto de todos, a mostrar el lado más oscuro de su alma. El oficio de Nolan es puesto a prueba en esta transformación, gradual e intensa, pero firme y consistente. Si bien es cierto el género de superhéroes esta circunspecto a la ciencia ficción, esta es una película 100% realista, dentro de lo lineamientos macro del género. Toda la película, en especial las conversaciones  y reacciones de Batman y el Joker tienen una carga de humanidad y verdad que ya a otras películas de no ficción les gustaría tener. Christopher Nolan  toma un guión genialmente escrito y lo ejecuta sin piedad hasta sus últimas consecuencias.

Al principio de este artículo hable mis dudas sobre lo acertado de escoger a Heath Ledger para el papel del Joker, y sobre las comparaciones inevitables que se harían con el trabajo de su predecesor. Ocioso sería decir que la actuación de Nicholson fue excelente, pero después de ver la de Heath la verdad es el buen Jack  va a quedar relegado a un segundo lugar. Ambos actores son sobresalientes en su interpretación, pero dos cosas separan su trabajo: uno es el tiempo, ya que definitivamente el 11 de setiembre tiene que ver en esta nueva encarnación del personaje, prueba de ello están en su afirmación sobre lo barato que resulta comprar lo necesario para una bomba o cuando le afirma a Dent que la muerte de un grupo de soldados no estremece a nadie porqué es parte de lo establecido. El otro elemento es la mano del director. Burton es un genio, otra afirmación ociosa, pero sus personajes tienen un lado lúdico y de inocencia que los hace entrañables para el espectador, característica que no fue ajena a sus incursiones en el universo de Batman. El Joker de Ledger no tiene esta condicionante, es libre y cruel porque precisamente ha perdido toda inocencia. La fuerza de su actuación raya lo sobrenatural, ya que en ningún momento a lo largo del metraje se puede ver a un actor interpretando al Joker, sino al Joker mismo, si lo dudan ahí les va este dato: cuando el Alcalde nombra a Gordon Comisionado, el guión no contemplaba los aplausos burlones del Joker, Ledger improvisó tal hecho robándose la escena por completo. El actor australiano entendió a cabalidad que su personaje debía ser el mal en persona y nos regalo una performace total y agobiante, que nos hizo saltar del asiento en más de un ocasión o reírnos nerviosamente de sus delirantes correrías. Realmente extrañaremos a este sobresaliente actor y en especial a todo lo que aún nos podría haber brindado con su oficio. Quien quiera interpretar nuevamente al Joker tendrá que pensarlo muy bien (tal como él debió haberlo pensado en un primer lugar) pues tendrá que medirse con un verdadero mounstro.



Y así como el Joker se transformo en el motor de la película, la actuación de Ledger debe haberse convertido en la fuente de inspiración para el resto de actores, en especial de Christian Bale cuyo Batman/Bruce Wayne es el más genuino hecho hasta fecha y no cede en un ápice al comparase su antagonista, superando por mucho a su anterior trabajo en Begins. Su Batman es el más humano que hemos visto a la fecha, desengañado, triste, sólo. Lo mismo podemos decir de Aaron Eckhart y el resto de actores, en especial de Michael Caine y Morgan Freeman, que nuevamente se convierten en el soporte tanto tecnológico como moral del protagonista. Si bien es cierto ambos han cedido protagonismo con respecto a la primera entrega de la saga, sus voces ganaron mucho más en profundidad. Una mención aparte merece el impecable trabajo de Gary Oldman como Jim Gordon, tal vez el personaje más importante después de los protagonistas y el que más evolución presento con respecto a su antecesora.

Estamos ante un momento histórico. The Dark Knight está marcando un antes y un después para las adaptaciones al cine sobre novelas graficas y comics. Su influencia se sentirá y las comparaciones serán inevitables. En esta película, como en toda gran creación artística, se parte de lo individual para llegar a lo universal. La lucha entre el bien el mal que muestra es genuina y por eso se le esta comparando con diferentes clásicos del cine policial y de suspenso, películas en los cuales esta lucha se ha desarrollado con siempre mayor fuerza. Estamos pues ante el nacimiento de la primera obra maestra de este género, tan menospreciado y subestimado por todos.

También estamos ante un momento histórico porque después de muchos años la crítica y el público de a pie han alabado una película de manera unánime. He invertido 4 horas en buscar la red una crítica en contra y, salvo un comentario en un blog, no he encontrado nada. Todos son halagos, primeros lugares, records de taquilla y entradas agotadas. Se habla de nominaciones póstumas, de triunfos, de premios y, si bien la historia nos es adversa en ese punto, no puede serlo la justicia. Pienso en ello mientras mi madre a la salida del cine me dice apenada que es una lástima lo de ese chico, tan joven y tan buen actor. En fin, en la dimensión desconocida todo puede pasar.

Escribe: Rogger Acosta Tirado